Sistema inmune - Jaguar Project

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¿Cómo funciona el sistema inmune?
Abril 21, 2021
por Hernández-Ledesma Ana Laura

Los seres humanos nos exponemos diariamente a  miles de agentes que potencialmente podrían causarnos daños: bacterias,  hongos o virus, a los cuales conocemos como patógenos. Si estos  patógenos se encuentran en todo lo que nos rodea ¿cómo podemos salir  ilesos la mayoría de las veces de estos riesgos potenciales?

Desde  que estamos en el vientre materno nuestro cuerpo prepara y desarrolla  el más complejo sistema de defensa y protección: el sistema inmune.  Conformado por diferentes tipos celulares el sistema inmune se encarga  no solo de identificar y eliminar a estos patógenos antes de que causen  daño; también tiene la capacidad de generar una base de datos de memoria  que facilite una reacción rápida y eficiente en caso de que el patógeno  regrese a nuestro organismo.


Figura 1. Componentes de la respuesta
inmune. Creado con Biorender.

En  ocasiones, cuando un patógeno logra entrar a nuestro cuerpo, puede ser  neutralizado rápidamente gracias a barreras físicas y químicas como la  piel, las mucosas y las vellosidades. Si logra evadir esta primera  barrera, los componentes del sistema inmune pueden reconocerlo mediante  patrones moleculares, pequeñas señales presentes en sus membranas. Este  reconocimiento favorece que se inicie el proceso de inflamación, que lleguen células del sistema inmune a la zona y que se activen  ciertas moléculas que ayudan a su eliminación, como las que conforman al  sistema del complemento (Figura 1A). El sistema del complemento promueve la lisis del patógeno,  es decir hace que explote, además de ayudar a marcarlo en su superficie  para que otras células lo identifiquen y lo eliminen mediante un proceso  conocido como fagocitosis.

Los  fagocitos por excelencia son los neutrófilos, los macrófagos y las  células dendríticas, los cuales se encargan de fagocitar al patógeno: lo  devoran y lo desintegran en partes más pequeñitas llamadas antígenos  (Figura 1A). Estas células son piezas claves en el funcionamiento del  sistema inmune, ya que representan la conexión entre esta primera  respuesta, también llamada innata, y la respuesta secundaria o adaptativa, que es un mecanismo más complejo y elaborado de defensa. La respuesta adaptativa esta mediada por las células presentadoras de antígeno  (CPA) las cuales, después de fagocitar al patógeno, se encargan de  exhibir y presentar los antígenos obtenidos a las células orquestadoras  de la respuesta adaptativa: los linfocitos (Figura 1C).

La  respuesta generada por los dos tipos de linfocitos, T y B, es muy  específica, lo que permite distinguir las características de cada  patógeno con el que estamos en contacto (Figura 1B). Esta especificidad  se debe a la acción de tres receptores importantes: el complejo mayor de  histocompatibilidad (HLA), los receptores de linfocitos T (TCR) y los  receptores de linfocitos B (BCR). Al recibir la información sobre el  patógeno que nos amenaza, los linfocitos T se activan y forman 2  subtipos: los linfocitos T CD4+ encargados de liberar citocinas,  moléculas mediadoras, y los linfocitos T CD8+ que se encargan de  eliminar células infectadas o que estén desarrollando un proceso  tumoral. Por su parte, los linfocitos B se activan y se encargan de  producir y liberar anticuerpos,  cadenas de proteínas diseñadas específicamente para reconocer el  antígeno que les fue presentado y posteriormente ayudan a marcar al  patógeno para dirigir la respuesta inmune. Adicionalmente, pueden  generarse linfocitos B de memoria, que son células que ya poseen  información sobre un antígeno específico y que permanecen en estado  latente hasta volver a encontrarse con el patógeno; debido a este  reconocimiento, la respuesta generada en esta exposición es mucho más  rápida y eficaz.

El sistema inmunitario es una  compleja organización que cumple con la tarea de protegernos de todos  los patógenos a los que nos exponemos día con día. Su correcto  funcionamiento es fundamental para nuestro bienestar, si alguno de los  componentes o procesos inherentes a él se ven comprometidos, puede  llevar al desarrollo de procesos patológicos como la autoinmunidad.

Referencias:
Abbas A.K. Lichtman A. H. y Pober J. S. 5º Ed. “Inmunología celular y molecular”. Sanunders-Elsevier. (2004).

Janeway  Ch. A. Travers P. Walport M. Shlomchik M.J. 2º Ed. “Inmunología. “El  sistema inmunitario en condiciones de salud y enfermedad. (2003)

Paola, T. P. (2012). Visión panorámica del sistema inmune. Revista Médica Clínica Las Condes, 23(4), 446–457. https://doi.org/10.1016/S0716-8640(12)70335-8

Prieto  Martín, A., Barbarroja Escudero, J., Barcenilla Rodríguez, H., &  Díaz Martín, D. (2013). Funciones de los linfocitos B. Medicine -  Programa de Formación Médica Continuada Acreditado, 11(28), 1752–1759. https://doi.org/10.1016/S0304-5412(13)70552-3






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